sambadarua está mucho más cerca de los movimientos sociales que de la política institucional. Nació en una protesta de base, creció al calor de las movilizaciones sociales y hoy forma parte de una red de colectivos de geometría muy diversa que poco a poco se va tejiendo sobre este Madrid en ruinas que habitamos. Sin embargo, en sambadarua también hemos participado en actos organizados por partidos políticos del espectro de izquierda -toma eufemismo para la corrección política-, sobre todo en cosas relacionadas con sus organizaciones juveniles: hemos acompañado a los Jóvenes de IU en algunos de sus eventos, hemos participado en el Festipoz organizado por las Juventudes Socialistas, hemos tocado en las fiestas del PCE, hemos acompañado a Liberacción en la Marcha del Orgullo Gay. A lo largo de estos cinco años y medio de caminar, hemos intentado compaginar esta diversidad de compromisos de forma que pudiéramos sentir que ocupábamos un espacio coherente en esa vertiente social y política que, junto a la musical, conlleva nuestra actividad. Pero la verdad es que la cosa ésta de la coherencia es a veces difícil.
Desde fuera, se nos ha criticado no pocas veces por andar con unos y con otros, argumentando que es incompatible apoyar la resistencia del Labo’03 y hacerse una foto al día siguiente en Festipoz. A nosotros, la verdad, nos cuesta entender esa incompatibilidad cuando pensamos en lo que se lo curran los chavales de Juventudes Socialistas de Pozuelo para hacer frente al auge de las organizaciones neonazis en su municipio. También hemos sabido de algún grupo de música muy rojo muy rojo que no ha querido compartir cartel con nosotros en conciertos por la okupación porque hemos ido a tocar a las fiestas del PCE. De nuevo, por mucho que nos estrujamos la cabeza, no conseguimos dar con la incompatibilidad.
Desde dentro, también entre nosotros hemos tenido muchas discusiones muy bonitas (y muy acaloradas) acerca de este tipo de cuestiones: por qué para éstos sí, por qué para éstos no, qué tenemos en común con aquellos otros. Seguro que nos hemos equivocado en alguna de las decisiones que hemos tomado, pero qué le vamos a hacer, oiga: somos tan humanos como complejos. Y, por suerte, muy imperfectos.
Lo que también somos es algo inconscientes. Lo normal sería que este tipo de debates se mantuvieran en silencio o fueran de consumo interno -porque afectan a la imagen, a la coherencia y a la personalidad pública de un grupo, y éstos son algunos de sus intangibles más valiosos-. Pero no. Más chulos que un ocho, nosotros queremos hacer público este dilema con el que salpimentamos nuestra historia desde hace tiempo: sí, nos cuesta delimitar la dichosa línea esa de la coherencia. Sí, a veces no sabemos cómo resolver este tipo de cuestiones. Y sí, nos gustaría saber qué os parece a vosotros todo este asunto. ¿Somos unos vendidos, somos unos intransigentes, somos unos radicales, somos unos puretas, somos bellas personas? Sed amables en los comentarios, que con la edad cada vez nos duelen más las críticas. Eso y que podemos localizar vuestras IP’s con un solo chasquido de dedos de Catalina.
[La foto es del set de flickr de ork_dot_ch, y tiene un bonito copyleft. Sí, en flickr hay muchas fotos libres].