En sambadarua no somos mucho de ritmos brasileños. Así de chulos somos –y de contradictorios-. Sí, es la raíz de la música que intentamos hacer, pero no es habitual que suene en nuestros equipos. Nosotros somos más de otros ritmos, y entre ellos, junto al hiphop, seguramente destacan el reggae y el dancehall de origen jamaicano. Algunos de los nuestros lo pinchan, otros lo cantan, y otros simplemente lo bailamos y lo gozamos cada vez que tenemos ocasión. Por eso no os resultará difícil encontraros con muchos de nosotros si os acercáis por el Festival Cultura Urbana que se celebra este fin de semana en Madrid, más aún cuando Beenie Man, uno de los artistas jamaicanos más reconocidos en el mundo del dancehall, viene aquí a cantar. Un puntazo.
Ya. Un puntazo. Si no fuera porque hay algo en el mundo del dancehall jamaicano que huele a podrido. Además de por la hierba, la paz y el amor, la isla del caribe se ha hecho famosa por la homofobia que impregna sus valores: la sodomía, como sucede en los Estados norteamericanos más reaccionarios, está tipificada como delito en su código penal. Pero ojalá la cosa se limitara a la estructura política y jurídica. Las asociaciones en defensa de los derechos de los homosexuales denuncian que muchos de los principales artistas de reggae y dancehall de la isla incluyen en sus letras proclamas que van desde la denigración de los gays y las lesbianas hasta la apología del asesinato de los mismos. Como suena: apología del asesinato. Ríete tú del reggetón más machista. Buju Banton fue arrestado y procesado en 2006 por haberse probado su participación en una brutal paliza a seis homosexuales en Kingston. Y algunos líderes del movimiento GLTB ya no pueden seguir ejerciendo su labor de denuncia. Están muertos.
Lo peor es que la cosa no supone unos casos aislados. La lista de artistas que incluyen letras con contenido fuertemente homofóbico es muy amplia y reúne a grandes figuras de la escena dancehall: Capleton, Sizzla, T.O.K., Jah Mason, Beenie Man, Elephant Man, Bounty Killer, Ras Berry, Vybz Cartel, Anthony B o Damian Marley, entre muchos otros. Incluso una mujer como Tanya Stephens tiene una canción llamada “Fag Inna Closet” (“El maricón en el armario”). Aquí podréis leer muchas de las perlas de estas letras, que incluyen ideas tan refrescantes como ametrallar homosexuales con una Uzi (Buju Banton), quemarlos vivos (Bounty Killer), cortarles la cabeza por sodomitas (Capleton) o colgar a lesbianas de una cuerda (Beenie Man).
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